Sebastián Gómez

Sebastián Gómez descubierto en pleno trabajo por Murillo, su maestro, grabado en madera de Walter George Mason por pintura de Edward Henry Wehnert para el semanario Illustrated London News, 29 de abril de 1848
Sagrada Familia, óleo sobre lienzo (160 x 252 cm.), colección particular.

Sebastián Gómez (activo entre 1690 y 1699), llamado a raíz de una leyenda formada en el siglo XIX «el esclavo de Murillo» y «el Mulato de Murillo», fue un pintor barroco español continuador del estilo de Bartolomé Esteban Murillo.

Nacido en Granada, posiblemente hijo de esclavos moriscos, a finales del siglo XVIII se extendió la creencia de que el pintor había sido esclavo de Murillo. Así, a finales de la centuria, en el inventario de la colección del conde del Águila se recogían tres pinturas atribuidas a «Sebastián el esclavo de Murillo», y Ceán Bermúdez, en la Carta a un amigo suyo, sobre el estilo y gusto de la pintura, editada en Cádiz en 1806, lo mencionaba entre los discípulos del pintor sevillano, pues «aunque esclavo», añadía, «también le había enseñado la pintura»,[1]​ desdoblando erróneamente la personalidad del pintor granadino de la de otro sevillano, que sería el esclavo de Murillo.[2]​ Aunque nada decía de él Antonio Palomino, primer biógrafo de Murillo, la escueta mención de Ceán al «Mulato de Murillo» fue amplificada en un artículo publicado en 1838 en El Cisne de Sevilla firmado J. M. En él aparece ya la figura del zombi a la que «el negro Gómez», muchacho de quince años, atribuye las pinturas que de noche aparecen en el taller del sevillano.[3]​ La leyenda fue poetizada por Hans Christian Andersen que en 1838 escribió el poema Lo hizo el zombi, dedicado al esclavo africano de Murillo que por las noches retocaba y mejoraba las obras del maestro. No se encuentran en los archivos de protocolos sevillanos escrituras de venta o donación a Murillo del mulato granadino o de cualquier otro género que acredite alguna relación entre ellos, y la forma de tratarlo «es novelesca, acentuando los ingredientes románticos (como corresponde al momento), y se plasma sobre todo en artículos aparecidos en publicaciones periódicas pintorescas y de carácter divulgativo».[4][5]

Las dos obras firmadas que del Sebastián Gómez granadino se conocen: la Virgen del Rosario con santos, fechada en 1690 y firmada Iliberritanus, obra procedente del convento de dominicos de Sevilla donde aún la vio Ceán (Museo de Bellas Artes de Sevilla), de dibujo endeble y composición grandilocuente, y la Santa Rosalía de Viterbo del Museo de Salamanca procedente de los franciscanos de Écija, fechada en 1699, en la que utiliza la fórmula Granatense afirmando así el origen granadino, manifiestan rasgos propios tanto de la pintura de Alonso Cano, que vería antes de abandonar su ciudad natal, como de Murillo. De la misma mano se conservan una Coronación de la Virgen en el Museo de Cádiz y una Inmaculada en el de Sevilla, además de cuatro cuadros en el Museo Nacional de San Carlos de México pues, como otros pintores andaluces, dedicó parte de su producción al mercado americano.

Referencias[editar]

  1. Ceán Bermúdez, Carta de D. Juan Agustin Cean Bermudez á un amigo suyo sobre el estilo y gusto en la Pintura de la Escuela Sevillana y sobre el grado de perfeccion a que la elevó Bartolomé Estevan Murillo, Cádiz, Casa de Misericordia, 1806, p. 110. Ejemplar digitalizado de la Biblioteca Digital Hispánica, Biblioteca Nacional de España.
  2. Pérez Sánchez (1992), p. 365.
  3. García Felguera (2017), «Leyendas en torno a su taller: el Mulato», pp. 175-176.
  4. García Felguera (2017), p. 179.
  5. No aparece Sebastián Gómez en el índice onomástico del Corpus de Hereza (2017), que recoge toda la documentación relativa a Murillo publicada hasta la fecha.

Bibliografía[editar]