Nergal

Nergal, Nirgal o Erra es el dios sumerio-babilonio del inframundo y señor de los muertos,[1]​ siendo también considerado como el aspecto siniestro del dios del sol Utu. Gobierna el inframundo junto a su consorte, Ereshkigal. Aparece como hijo de Enlil y Ninlil, y según la leyenda, fue engendrado cuando Enlil fue confinado a pasar una temporada en el inframundo por violar a Ninlil. Cuando Ninlil va a preguntar por Enlil (a la ciudad del inframundo).

Yazilikaya, santuario hitita cerca de Hattusa, Turquía, Sala B relieve representando un dios-espada, probablemente un dios local de los muertos, asimilado a Nergal.

Descripción[editar]

Asociado a la guerra y señor de las plagas y la enfermedad, solía aparecer portando una maza, una daga, hacha de guerra o arco y acompañado de escorpiones. Como otros dioses, se le asociaban toros y leones, como símbolo de su fuerza y poder. Se considera que las divinidades menores con orejas de toro que aparecen en el arte babilonio representarían a miembros de su séquito. Los estandartes de guerra también lo acompañaban, y los ejércitos asirios en particular, siempre se acompañaban de estos emblemas durante sus campañas.

Culto[editar]

En el templo E.mes.lam se atribuía el culto a Nergal, aunque la tablilla BM 96952 recogía el nombre del dios Meslamtiea, que se identificaba con Nergal.[2][3][4][5][6]

Leyenda de Nergal y Ereshkigal[editar]

Cuenta la leyenda que un día los dioses querían celebrar un banquete, pero para que se mantuviera el orden cósmico, los celestes (dioses del cielo), no podían bajar al Inframundo, ni los dioses del inframundo podían subir al cielo. Se decidió enviar a un mensajero para invitar a Ereshkigal, que no asistiría pero si enviaría un representante, que tomaría la comida divina que a ella le correspondía.

Ereshkigal eligió a Namtar, su ministro, para que estuviera en la celebración como su representante. Namtar, subió por la larga escalera al cielo y se presentó ante los dioses. Como representante de la gran diosa del mundo subterráneo los demás dioses se pusieron de pie ante él, y luego se arrodillaron para mostrarle su respeto. Sin embargo Nergal, se quedó sentado, pues Namtar, no era de su agrado.

Esto fue tomado como una ofensa, y Nergal debía ser castigado. Enki decidió defenderlo y Nergal, fue enviado al inframundo, para pedir a la diosa un perdón. Sin embargo, antes de partir, Enki le llamó y le dijo que no aceptara un asiento en el Mundo de los Muertos, ni comiera de sus alimentos ni tomara de sus bebidas, no se lavara los pies y, lo más importante, que se resistiera a la tentación de unirse con Ereshkigal, aun siendo ella tan hermosa.

Acompañado por siete escorpiones, representaciones de plagas, y cargando un trono hecho de madera, como presente para la diosa, Nergal llegó hasta el Inframundo, pasó por sus siete puertas y se presentó ante Ereshkigal. La diosa se sintió atraída por Nergal y le ofreció un asiento, que el dios rehusó. Luego le trajeron comida y bebida, pero también las rechazó. Luego se le ofreció lavarle los pies, pero también se negó. Entonces, Ereshkigal fue a bañarse y permitió que Nergal viera un instante su cuerpo; él quiso resistirse, pero cuando la bella diosa se dejó ver nuevamente, cedió.

Se amaron durante seis días, y el séptimo Nergal se levantó, alejándose sigilosamente de Ereshkigal, que estaba dormida, y atravesó las siete puertas del Inframundo para regresar al cielo. Cuando Ereshkigal despertó, descubrió la ausencia de su amante, y Namtar le informó sobre su partida. Al oír esta noticia, Ereshkigal, cayó de su trono y lloró con desesperación. Su fiel ministro se ofreció entonces para subir hasta el cielo y traer de vuelta a Nergal.

Namtar le busca pero no le reconoce, ya que Enki, con un conjuro había cambiado su apariencia. Namtar regresa con las manos vacías, diciendo que no había visto a Nergal, sino a un dios menor sin corona y que pestañeaba constantemente, lo cual era indigno de un dios importante. Ereshkigal se dio cuenta del truco, y enfurecida decidió amenazarles con enviar a todos los habitantes de su reino a la tierra, hasta que el número de los muertos superara al de los vivos.

Nergal se levantó y volvió al mundo inferior, rompió las siete puertas y llegó a los salones de Ereshkigal. La tomó por los cabellos y la alzó de su trono con furia, para decapitarla. Pero Ereshkigal le confesó su amor, y le ofreció compartir el mundo de los muertos como su consorte. Nergal aceptó, y desde entonces gobernaron juntos el inframundo.

Nergal en la demonología[editar]

Ser un dios del desierto y el fuego, aspectos negativos del sol y el inframundo, así como pertenecer al panteón politeísta de los otros pueblos semitas contemporáneos ha provocado que, desde la aparición de la religión judía, con frecuencia se haya incluido dentro de la lista de demonios de dicha religión, llegando incluso a identificársele con Satán. Algunos estudiosos y demonólogos medievales, como Collin de Plancy y Johann Weyer consideran a Nergal como el jefe de la policía secreta del infierno, indicado que es un espía a las órdenes de Agliareth (el demonio de los secretos).

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Lara Peinado, Federico (2005). «Hammurabi de Babilonia, príncipe piadoso». ISIMU. Revista sobre Oriente Próximo y Egipto en la antigüedad (Universidad Complutense de Madrid) VIII: 130. ISSN 1575-3492. Consultado el 6 de agosto de 2017. 
  2. D. R. Frayne, Old Babylonian Period (2003-1595 a. C.), Toronto, 1990, 347
  3. W. G. Lambert, "Studies in Nergal", BiOr, 30, 1973, 355-363
  4. H. W. Haussig, Wörterbuch der Mythologie, I, Götter und Mythem im Vorderen Orient, Stuttgart, 1965, 109-110
  5. F. Von Weiher, Der babylonische Gott Nergal (AOAT, 2), Neukirchen-Vlyun, 1971
  6. P. Steinkeller, "The Name of Nergal", ZfA, 77, 1987, 161-168

Enlaces externos[editar]