Desnudo heroico

El Apolo del Belvedere atribuido a Leocares, ejemplo típico del desnudo heroico-divino de la Antigüedad, en el Museo Pio-Clementino.}

El desnudo heroico o desnudez ideal es un concepto del arte y la cultura clásicos que pretende describir el uso del cuerpo humano desnudo especialmente, pero no sólo, en la escultura griega; pretende indicar que el sujeto humano aparentemente mortal representado en la escultura es en realidad un semidiós, es decir, un héroe.

Esta convención tuvo su inicio durante el periodo Grecia Arcaica (800-480 a. C.) y fue adoptada posteriormente por la escultura helenística y la escultura romana. El concepto funcionaba tanto para retratos de figuras masculinas como femeninas (en los retratos de Venus y otras diosas).[1]​ Particularmente en algunos ejemplos romanos podría llevarnos a la extraña yuxtaposición de un gusto hiperrealista (defectos físicos o elaborados peinados femeninos) con la visión idealizada del «cuerpo divino» al perfecto estilo griego.

El Gálata moribundo.

Como concepto, se ha modificado desde sus inicios con otros tipos de desnudez propios de la escultura clásica, por ejemplo la desnudez (reminiscencia del pathos) de valientes luchadores derrotados en batalla por enemigos bárbaros, como el Gálata moribundo.[2]

Tras desaparecer durante la mayor parte de la Edad Media,[3]​ la idea se reintegró en el arte moderno como ejemplo de las virtudes (lo verdadero, lo bello y lo bueno) encarnadas por el cuerpo humano masculino desnudo. Entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, esta metáfora representaba la representación perfecta de los grandes hombres, aquellos cuyas acciones podían encarnar el estatus existencial más elevado.[4]

Reapareció con gran vigor sobre todo durante el Renacimiento y el Neoclasicismo, periodos en los que el legado clásico influyó poderosamente en todas las formas del arte elevado: son muy famosos los desnudos heroicos de Miguel Ángel Buonarroti (ejemplar es la figura de su David) o los de Antonio Canova (con Perseo con la cabeza de Medusa y Napoleón como Marte pacificador, por poner sólo dos ejemplos entre muchos).[5][6][7][8]

Un príncipe seléucida representado en desnudez heroica, Museo Nacional Romano.
Un príncipe seléucida representado en desnudez heroica, Museo Nacional Romano.  
Estatua heroica de un general romano con la cabeza de Augusto (siglo I), en el Museo del Louvre
Estatua heroica de un general romano con la cabeza de Augusto (siglo I), en el Museo del Louvre  
Estatura romana con la cabeza de Marco Claudio Marcelo (siglo I), basada en una estatua griega del siglo V a. C.).
Estatura romana con la cabeza de Marco Claudio Marcelo (siglo I), basada en una estatua griega del siglo V a. C.).  
Napoleón como Marte pacificador (1802-1806) de Antonio Canova, en la Apsley House en Londres.

Historia[editar]

Leónidas en las Termópilas de Jacques-Louis David (1814).
Aquiles preparándose para el combate, relieve ateniense del 240 a. C.

En la antigua Grecia, la desnudez masculina estaba socialmente aceptada, por regla general, en determinados contextos deportivos y militares, y con el tiempo se convirtió en un rasgo distintivo de la cultura helénica. Al parecer, según un pasaje de Tucídides, la desnudez fue practicada por primera vez por los espartanos en sus ejercicios militares y posteriormente fue introducida por ellos en los antiguos Juegos Olímpicos, pero otras fuentes afirman que la costumbre se originó cuando un atleta ganó la competición de atletismo durante la V Olimpiada (720 a. C.) que, a mitad de la carrera, se deshizo de la faja que llevaba alrededor de las caderas y que entorpecía sus movimientos.[5]

La estudiosa Larisse Bonfante opina que la desnudez pudo tener una finalidad mágico-protectora, al igual que el simbolismo fálico y el uso del amuleto eran habituales en la época; ahora bien, sea cual sea la forma de su introducción, la desnudez es rápidamente adoptada por la sociedad y las artes griegas en su idealización formal y conceptual, generando una prolífica e influyente iconografía atestiguada ya en el siglo VIII a. C. en pinturas de barcos y numerosos kouroi arcaicos.[9]

En el siglo V a. C., cuando aparecieron las primeras palestras y gimnasios de atletismo, la desnudez atlética ya estaba muy extendida: la propia palabra gimnasia, por cierto, deriva del griego gymnos, que significa desnudo.[5]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. «Trajanic woman as Venus (Capitoline Museums)» (en inglés). Indiana University. Archivado desde el original el 7 de mayo de 2003. Consultado el 17 de enero de 2023. 
  2. Hallett, 2005, p. 10.
  3. Sorabella, Jean (2000). «The Nude in Western Art and its Beginnings in Antiquity». Heilbrunn Timeline of Art History (en inglés) (The Metropolitan Museum of Art). Consultado el 17 de enero de 2023. 
  4. Colton, J. (1974). Monuments to Men of Genius: a Study of Eighteenth Century English and French Sculptural Works (en inglés). Ph.D. NewYork University. pp. 297-310. 
  5. a b c Spivey, Nigel (2013). Greek Sculpture (en inglés). Cambridge University Press. pp. 133-148. ISBN 978-0-521-75698-3. 
  6. Osborne, R. (1997). «Men Without Clothes: Heroic Nakedness and Greek Art». Gender & History (en inglés) 9 (3): 504-528. 
  7. Stevenson, Tom (1998). «The 'Problem' with Nude Honorific Statuary and Portrait in Late Republican and Augustan Rome». Greece and Rome (en inglés) XLV. p. 1. 
  8. Montserrat, Dominic (2002). «Nacktleben». Changing Bodies, Changing Meanings: Studies on the Human Body in Antiquity (en inglés). Routledge. pp. 200-201. ISBN 0-415-13584-2. 
  9. Bonfante, Larissa (2003). Etruscan Dress (en inglés). The Johns Hopkins University Press. pp. 20, 102. ISBN 0-8018-1640-8. 

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]